El internacionalismo en el corazón de las transformaciones del Movimiento Kurdo por la Libertad

A la luz de los últimos acontecimientos, ADM pretende analizar el proceso dialéctico dentro del Movimiento Kurdo por la Libertad. Este proceso se ha llevado a cabo, hasta ahora, desde la base ideológica de las perspectivas de Abdullah Öcalan, que en su esencia ponen en primer plano la perspectiva internacionalista de la lucha. Estas perspectivas han ganado interés internacional, especialmente con el «Cambio de Paradigma». Por ello, nos proponemos evaluar el resultado actual del llamamiento a la paz y la democracia, y el reciente anuncio de disolución y cambio de estrategia del PKK.

En un artículo reciente, ADM compartió un breve análisis político y la comprensión de la política democrática del Movimiento Kurdo por la Libertad. En él se destacaba la capacidad del Movimiento para liderar procesos de democratización en la región en un contexto de Tercera Guerra Mundial. Con una excepcional comprensión de las oportunidades coyunturales, los cincuenta años de lucha del Movimiento por una solución política se han visto solidificado por sus logros. El Movimiento se fortaleció gracias al continuo e histórico apoyo popular en Bakur, la resistencia en las montañas libres del Kurdistán, influyendo en los levantamientos en Irán, y sobre todo, del desarrollo de la Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (AADNES) con la Revolución de Rojava. Esto no sólo ha impactado en Oriente Medio, sino que ha inspirado e impactado a los movimientos radicales y democráticos en todo el mundo. Sin lugar a dudas, el nivel organizativo y los movimientos políticos, culturales, organizaciones políticas, culturales, populares, de mujeres y de jóvenes que han surgido del Movimiento kurdo lo han convertido en el movimiento socialista más influyente de Oriente Próximo.

Esta situación va más allá de los partidos políticos e ideológicos, el PKK-PAJK. En este sentido, el desarrollo basado en la liberación de la mujer y la estrategia del Confederalismo Democrático ha ampliado su(s) organización(es) social(es) y política(s). Las organizaciones y organismos desarrollados sobre la base de necesidades y realidades de la sociedad han sentado las bases prácticas, políticas e ideológicas para que todo el Movimiento avance hacia nuevas fases de lucha. El Movimiento se posiciona ahora como un actor en todos los ámbitos: confrontación directa, fuerza estructural, diplomacia, autoorganización, legitimidad y reconocimiento. En la década del 2000, con la disolución y refundación del PKK tras el intento de desarrollar el KADEK (1) y Kongra Gel (Congreso de los Pueblos), se inició una gran transformación interna, que a lo largo de estos años sentó las bases de las organizaciones que harían realidad la perspectiva de Autonomía Democrática a la realidad, basada en la sociedad Política y Moral.

Como dice el eslogan, «el PKK es el pueblo y el pueblo está aquí». La relación entre el Partido y todas las diferentes estructuras del sistema confederal (bajo el paraguas del KCK-KJK) ha alcanzado el nivel de desarrollar la lucha según principios comunes que incluyen: el pensamiento ecológico social, la autonomía de la mujer y los valores de Welat Parezî (defensa de la propia tierra), lucha, organización, ética y estética, junto a una postura revolucionaria común, estrategia unificada y sacrificio. Esto ha llevado a una transformación mutua de la evolución de la sociedad y del PKK. Las estructuras no sólo «seguían al partido», sino que «encarnaban los valores del partido» y llevaban a cabo su propia actividad a través de él. Ahora, con la disolución del PKK, todos los que han encarnado estos valores asumen la responsabilidad de continuar la lucha. El vacío de la organización de vanguardia será llenado por la sociedad, convirtiéndose ésta en la continuación del partido.

En su declaración del 27 de febrero, Abdullah Öcalan afirmó: «El colapso del socialismo real en la década de 1990 por razones internas, junto con la disolución de las políticas de negación de la identidad en el país y los avances en la libertad de expresión, llevaron al PKK a un estado de sinsentido y repetición excesiva». Öcalan critica así el sentido del propio Partido y busca la renovación. Este paso fue bien acogido por todas las estructuras. La relación entre las posiciones de Abdullah Öcalan, el Movimiento y la sociedad siempre ha llevado a un avance de la lucha política: de la propuesta de desarrollar la guerra de guerrillas en 1982, a la necesidad de que las mujeres desarrollarán sus organizaciones autónomas, hasta el cambio de paradigma. Ahora, con la disolución y remodelación del Movimiento, la estrategia del Movimiento Kurdo pretende influir en los procesos revolucionarios más allá del Kurdistán, e incluso más allá de Oriente Medio. Esto debe analizarse como una nueva fase debido a los logros obtenidos hasta ahora, y por el nivel de reconocimiento y apertura de los diferentes actores políticos, especialmente las organizaciones civiles, el YNK, los grupos nacionalistas kurdos como el KDP, así como el Estado turco y los actores internacionales. A lo largo de los años, se ha desarrollado confianza y una organización más fuerte en la sociedad.

Por esta razón, el PKK celebró su 12º Congreso en respuesta al llamamiento de Abdullah Öcalan. La decisión principal fue la disolución del PKK y la dejación de las armas. La pregunta sigue en el aire: ¿Y ahora qué? La Firat News Agency (ANF en inglés) compartió varias perspectivas del Congreso. En primer lugar, se introdujo un nuevo marco político: «Socialismo de Sociedad Democrática», que se centra en la liberación de la mujer, la ecología y la gobernanza local. Este marco rechaza el socialismo tradicional basado en el Estado y se alinea con el paradigma de la Modernidad Democrática. Este énfasis en la comprensión social del socialismo se basa en la naturaleza comunitaria y democrática de la sociedad. Para superar los ataques de la modernidad capitalista, la sociedad debe tomar la iniciativa en el desarrollo de estructuras políticas y sociales confederadas, romper con el enfoque centralizado de la política de partidos tradicional asumiendo una mayor responsabilidad, la toma de decisiones y el compromiso en la lucha. Por tanto, la sociedad democrática Socialista se entrelaza con el fortalecimiento del sistema Confederal Democrático, conduciendo a una renovada Modernidad Democrática.

En un vídeo difundido al término del congreso, los militantes se comprometieron a «revivir todos los valores que el PKK estableció como organización socialista y construir un sistema democrático de comunas basado en la liberación de la mujer y desempeñar un papel de vanguardia en la construcción de una sociedad democrática. Defenderán el socialismo democrático y la vida libre». Ayten Dersim, miembro de la coordinación del PAJK, declaró: «En la reestructuración de Oriente Próximo, ha quedado claro que el actual papel del PKK, a pesar de sus importantes funciones y responsabilidades, ya no es suficiente. Por ello, el papel y el programa deben ser asumidos por la sociedad, interiorizados a través de la propia fuerza y conciencia de la gente, y llevados a la realidad vivida. En este sentido, el PKK es una cultura. Ha formado unos cimientos de ética, conciencia y existencia. Ahora es el momento de construir sobre esos cimientos». En la misma línea Bese Hozat, cuyas palabras también han sido compartidas, plantea: «Entendemos claramente que es un nuevo comienzo, un proceso de cambio, transformación y reestructuración. Cuando miramos profundamente la historia, nuestra propia lucha y las perspectivas del Liderazgo, especialmente las desarrolladas para este periodo, podemos llegar fácilmente a esta conclusión. Esto nos permite salir de la atmósfera emocional».

De las declaraciones de los máximos dirigentes del PKK, parece claro que el Movimiento está dando un paso en su estrategia hacia el Socialismo Democrático. Van más allá de la realidad kurda local hacia una perspectiva internacionalista. Durante el congreso, Murat Karayilan dijo: «Para que la Modernidad Democrática triunfe frente a la Modernidad Capitalista, ahora debemos deshacernos de las cadenas que nos limitan, las que nos confinan a ser una voz sólo dentro del Kurdistán». Desde hace años, el PKK tuvo la necesidad de ampliar la lucha más allá del Kurdistán, con el objetivo de unir y federar diferentes regiones y realidades bajo una perspectiva de unidad en la diversidad. La confederación de territorios, pueblos y unidades basada en la política democrática pretende, en última instancia, crear estructuras paralelas que puedan superar a la actual ONU y a otros organismos internacionales del sistema de Estados-nación. Abdullah Öcalan sentó las bases de una lucha internacionalista y ha propuesto un proceso para desarrollar una Confederación Democrática de Oriente Medio y una Confederación Democrática Mundial de los Pueblos. La declaración de Karayilan, así como la perspectiva del Movimiento, pueden entenderse en este sentido. Así mismo Karayilan añadió que el Presidente Apo (Abdullah Öcalan) nunca renunció al proceso de transformación y cambio a pesar de las intervenciones más amplias, los esfuerzos de liquidación y las graves amenazas contra el Movimiento.

Tras muchos años de lucha, ha quedado claro que la principal fuerza del Movimiento reside en su organización popular. Cuanto más fuerte sea la organización dentro de la sociedad, mayores serán los logros. Para las luchas clásicas de liberación nacional, la guerra de guerrillas era el punto de partida de las negociaciones. En el caso kurdo, la incapacidad del segundo mayor ejército de la OTAN para derrotar a la guerrilla, ha llevado la situación al punto actual. Ahora, la confrontación y la negociación con el Estado han alcanzado un nuevo nivel. Aunque es difícil comprender las concesiones hechas por el Estado turco, ya que se trata sobre todo de negociaciones internas, está claro que el propio Erdogan ha asumido la responsabilidad del proceso. Por lo tanto, todas las partes están profundamente implicadas en el cumplimiento de las condiciones planteadas por el Movimiento por la Libertad del Kurdistán. («Sin duda, la deposición de las armas y la disolución del PKK en la práctica requieren el reconocimiento de una política democrática y un marco jurídico» – fin de la declaración del 27 de noviembre).

El PKK también se ha pronunciado sobre la necesidad de que Turquía tome medidas. Karaylan declaró: «Debe haber un cambio en la política estatal de negación y aniquilación. Sin un cambio en esta mentalidad, ¿sobre qué base se establecerá la paz interna? (…) Las leyes vigentes son hostiles; rechazan al pueblo y a la sociedad kurdos. Por lo tanto, sólo a través de una reforma legal y constitucional por parte del Estado podrá este Movimiento llevar a cabo el desarme. De lo contrario, será extremadamente difícil». Igualmente, Evîndar Ararat señala que la lucha por una política democrática no puede prescindir de la autodefensa. Sostuvo que: «La estrategia de lucha democrática, la política democrática, engloba la autodefensa de forma muy amplia. En otras palabras, no es unilateral. También es incorrecto limitar la autodefensa únicamente a la lucha armada. En nuestro nuevo paradigma, el líderazgo evalúa la autodefensa en un sentido muy amplio. Incluye la alianza, la diplomacia, la lucha por la democracia y la organización social se define como la fuerza de defensa fundamental que incluye a toda la sociedad en la defensa».

La realidad política de la Tercera Guerra Mundial centrada en Oriente Medio ha creado importantes peligros para las sociedades, incluso la aniquilación y el genocidio, pero también oportunidades en la región y en todo el mundo. La verdad de esta realidad es que la principal fuerza y autodefensa no puede basarse en guerras regionales concretas y centradas en Oriente Medio, sino que debe abarcar una multiplicidad de estrategias para ampliar la capacidad de organización. Debemos considerar a las sociedades y los pueblos organizados y conectados como la principal fuerza de autodefensa. Del mismo modo que los ataques no son únicamente militares, sino que también se producen a través de múltiples medios de guerra especial, la autodefensa también se diversifica. Para la cuestión kurda, la clave es si el equilibrio de poder ha sido principalmente a través de la capacidad militar de HPG-YJA Star o va más allá, y qué significado tiene la decisión de deponer las armas. Sin negar el papel de las armas y de la guerrilla en autodefensa, que asumió su papel histórico, el Movimiento ha logrado una situación para abrir otras vías de estabilización y defender los avances conseguidos, e incluso ha sido capaz de fortalecer este proceso que la etiqueta de «organización terrorista» y la guerra constante han frenado. Con esta perspectiva, también hay que entender que deben desarrollarse pasos prácticos y grandes por las partes contrarias, con el fin de llevar dialécticamente la situación a un punto de base democrática.

Los pasos dados por el PKK deben entenderse como pasos estratégicos para garantizar la capacidad de acción e influencia más amplia del Movimiento por la Libertad del Kurdistán en las cuatro partes del Kurdistán y más allá, y no como cálculos tácticos. La cuestión de poner fin a la lucha armada hace añicos la principal herramienta de represión y ataque utilizada por el Estado turco. Esto abre el camino a una conexión dentro de la sociedad. Si el Estado turco responde positivamente al proceso, no sólo se beneficiarán los millones de kurdos que viven y luchan en Bakur, sino también a la Administración Autónoma Democrática del Noreste de Siria y a toda la región de Oriente Próximo. El desarrollo de estructuras políticas y de base será posible y tendrá un impacto aún mayor en el resto de las sociedades de Oriente Medio.

En este proceso, los distintos miembros que compartieron sus puntos de vista en el congreso destacaron la importancia de que toda la sociedad asuma la responsabilidad de la lucha. El éxito de estos grandes pasos, en particular la perspectiva de trascender las «fronteras» del Kurdistán y Oriente Próximo, también requiere una buena comprensión de la transformación del Movimiento y del papel del apoyo internacionalista.

La autodefensa, en su sentido más amplio, requiere una mayor presión diplomática y política en todo el mundo, así como una postura clara y la colaboración con el Movimiento por la Libertad del Kurdistán por parte de todas las fuerzas democráticas. La solidaridad internacionalista siempre ha desempeñado su papel, y en lugar de frenar esta presión, ahora es el momento de asumir la responsabilidad del éxito histórico de establecer una base para la paz y una solución a largo plazo. Además, el Movimiento Kurdo por la Libertad está introduciendo nuevas formas de organización política y aplicando activamente el paradigma, con lo que fortaleciendo las conexiones y los esfuerzos de colaboración, al tiempo que comprende y desarrolla las tareas políticas, intelectuales y morales (2) necesarias para forjar una lucha internacionalista que alinee en el contexto de un proceso más amplio de reestructuración de la modernidad capitalista. En sus llamamientos, el Movimiento se ha referido específicamente a las fuerzas democráticas y antisistémicas turcas y de Oriente Medio para que asuman su papel. Y más ampliamente, el Movimiento por la Libertad Kurda rompe con su lucha regional y llama a la acción a todos los vínculos políticos y a la colaboración de las fuerzas democráticas de todo el mundo.

El pueblo kurdo ha exigido la libertad de Abdullah Öcalan desde que fue secuestrado por las potencias internacionales en Kenia. La campaña para poner fin a su aislamiento, a través de la lucha de la comunidad kurda y la comprometida solidaridad internacionalista de pueblos de todo el mundo, ha logrado valiosos avances en la lucha por una vida libre. En este sentido, la cuestión de su libertad sigue en pie. El Movimiento afirmó que sólo Abdullah Öcalan es capaz de liderar este proceso de paz. Al mismo tiempo, el comité jurídico turco insinuó la posibilidad de invocar el Derecho de Esperanza, sugiriendo así la posibilidad de su liberación. Ahora, la atención sobre la situación de Öcalan es mayor que nunca, ya que ha demostrado desempeñar un papel clave en la consecución de una solución política duradera en el Kurdistán y en Turquía. A pesar de algunos avances, el Movimiento por la Libertad del Kurdistán subrayó claramente que el sistema Imrali es el mayor obstáculo para encontrar una solución política y mantiene la necesidad de la libertad física de Abdullah Öcalan, como actor clave en este proceso. Una nueva fase de la campaña «Libertad para Öcalan, solución política para el Kurdistán», que exige visitas internacionales para Öcalan.

En conclusión, la última transformación del Movimiento por la Libertad del Kurdistán refleja una transformación interna de la estrategia, profundizando en el proceso que se inició con el cambio de paradigma, y que se hizo posible tras la evaluación política de las rondas de negociaciones y discusiones mantenidas con actores regionales e internacionales. El desarrollo del paradigma y de las organizaciones políticas y sociales creadas en los últimos años, así como las que están por llegar, se han convertido en una prioridad estratégica, en lugar de continuar una guerra que no ha conducido al progreso. El cese de las hostilidades en diferentes zonas del Kurdistán y la liberación de Öcalan son las principales prioridades para sentar las bases políticas de la paz y de una sociedad democrática. No es sólo responsabilidad del Estado turco, sino que además es función de todas las fuerzas democráticas (turcas, sirias, de Oriente Medio y globales) fortalecer este proceso. En un momento en el que la militarización y los discursos de seguridad están asfixiando a la sociedad desde Ucrania a Cachemira y desde el Kurdistán a Palestina, el «Llamamiento por la Paz y la Sociedad Democrática», constituye un faro de esperanza y una perspectiva política y filosófica para todos los pueblos que luchan por una vida en común libre.

[1] En 2002, el PKK se disolvió y formó una organización política llamada Congreso por la Libertad y la Democracia del Kurdistán (KADEK) para continuar como una entidad puramente política.

[2] Encuentre más información en nuestro folleto «La teoría de la modernidad democrática como guía para construir un nuevo internacionalismo».