Sobre la organización de base y internacionalismo en Filipinas (NDFP)

Raul Diaz, Frente Democratico Nacional de Filipinas (NDFP siglas en inglés). 19 de Noviembre de 2023

Un cordial saludo desde el Frente Democrático Nacional de Filipinas (NDFP). Nos sentimos honrados de tener esta oportunidad de compartir con ustedes nuestra perspectiva y experiencia en nuestra lucha contra el imperialismo y nuestra lucha por la liberación nacional y la democracia.

Discutiré nuestra perspectiva sobre estos temas de acuerdo con las pautas propuestas por ADM. Sin embargo, antes de continuar, permítanme aclarar el contexto de nuestra perspectiva.

En primer lugar, creemos que todavía no estamos en medio de una «Tercera Guerra Mundial». En nuestra opinión, todavía estamos al borde de otra guerra mundial. Actualmente, hay una guerra abierta en curso en forma de guerra proxy en Ucrania entre Estados Unidos/OTAN y Rusia. Otra guerra candente es la guerra genocida de Israel, apoyada por Estados Unidos, contra el pueblo palestino en Gaza. Nos preocupa que pueda estallar otra guerra abierta entre Estados Unidos y sus aliados y China por la cuestión de Taiwán. Nuestro país forma parte de la estrategia de la «primera cadena de islas» de Estados Unidos contra China. En la actualidad, hay siete bases militares en Filipinas utilizadas por Estados Unidos para pre-posicionar armamento, municiones y tropas en preparación para un posible conflicto armado contra China. Un grave error de cálculo puede conducir a una guerra global polarizada, la Tercera Guerra Mundial, entre Estados Unidos/aliados y Rusia/China/aliados, con consecuencias catastróficas. Frente a las guerras imperialistas, el NDFP promueve la política del «derrotismo revolucionario», es decir, lanzar guerras revolucionarias contra las guerras imperialistas.

En segundo lugar, creemos que lo que muchos participantes en esta conferencia llaman «modernidad capitalista» es, de hecho, imperialismo. El imperialismo representa la etapa superior del desarrollo capitalista. El capitalismo ha evolucionado desde su etapa naciente de «libre mercado» hasta el capitalismo monopolista. Entre otros factores, en la etapa del imperialismo, los enormes conglomerados financieros y de producción se convierten en monopolios, la exportación de capital financiero desempeña un papel distintivo en la extracción de super-ganancias de las colonias y semi-colonias, y se ha completado la división del mundo entre los imperialistas. Cada vez que nuevas potencias imperialistas en ascenso desafían el dominio de los imperialistas anteriores, se producen guerras inter-imperialistas, como se vio en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Los fenómenos de la globalización, la militarización y la crisis migratoria son facetas de la crisis imperialista actual.

Dicho esto, proseguiré con mi exposición.

I) Como la mayoría de los países preindustriales y agrarios del mundo actual, Filipinas es una semi-colonia del imperialismo estadounidense. Nuestra sociedad es semi-colonial y semi-feudal.

Los Estados Unidos fueron capaces de imponer su dominio colonial en Filipinas a través de la brutal conquista del pueblo filipino, la derrota del viejo tipo de revolución democrática, la cooptación de su liderazgo burgués y la retención de los derechos de propiedad feudal a principios de siglo. A diferencia de España, el viejo gobernante colonial impulsado por el capitalismo mercantil, Estados Unidos es un capitalista industrial o una potencia imperialista moderna impulsada por sus bancos y empresas monopólicas industriales para dominar otros países, exportar el capital excedente y las mercancías excedentes, saquear las materias primas y la mano de obra en los países subdesarrollados y extraer super-ganancias bajo el disfraz de la libre empresa y el libre comercio. En más de 300 años de dominio colonial, España llevó a cabo el saqueo a través del trabajo reclutado, los monopolios comerciales, las rentas feudales, los tributos religiosos y los impuestos, desarrollando un sistema feudal en Filipinas que maduró bajo el estímulo del comercio exterior en el siglo XIX.

Filipinas es una sociedad semi-feudal porque es un tipo de capitalismo de gran comprador basado en condiciones feudales y semi-feudales, que prospera gracias a un intercambio colonial desigual de exportaciones de materias primas e importaciones de manufacturas. Es un término para una economía agraria no industrial o preindustrial en la que la gran burguesía compradora ha surgido como la clase explotadora más rica y poderosa de las haciendas feudales como base de recursos para las exportaciones, en combinación con la clase terrateniente.

Debido a la naturaleza semi-colonial y semi-feudal de la sociedad filipina, la etapa actual de la revolución filipina no puede sino adoptar un carácter nacional-democrático.** Es una revolución nacional-democrática, que busca la liberación del pueblo filipino de la opresión y explotación extranjera y feudal, con una perspectiva socialista.**

Es una revolución nacional principalmente porque busca afirmar la soberanía nacional contra el imperialismo estadounidense y sus lacayos locales. Es una revolución democrática principalmente porque busca realizar la lucha campesina por la tierra contra el feudalismo interno y defender los derechos democráticos de las amplias masas populares contra el fascismo. Las contradicciones básicas de la sociedad filipina son las que existen entre la nación filipina y el imperialismo, y las contradicciones entre las grandes masas populares y el feudalismo. El fascismo que ahora está en ascenso es básicamente la represión militar del pueblo por parte del actual estado contrarrevolucionario en nombre de sus amos imperialistas y feudales.

El análisis de clase de la sociedad filipina determina la estrategia y la táctica de la Revolución filipina. Sobre la base de nuestro análisis de clase de la sociedad filipina, las fuerzas motrices o partidarios de la revolución filipina son el proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía y, en ciertos momentos y hasta cierto punto, la burguesía nacional. Constituyen la abrumadora mayoría del pueblo filipino oprimido y explotado por el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático de Estados Unidos. Por otro lado, los blancos o enemigos de la Revolución Filipina son el imperialismo estadounidense y sus lacayos locales, que son la gran burguesía compradora, la clase terrateniente y los capitalistas burócratas. Constituyen una minoría extremadamente pequeña de la población y necesitan ser derrocados para lograr la libertad nacional y la democracia.

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II) Aprendiendo de los errores del pasado para evitar los del futuro, los revolucionarios filipinos emprendieron un estudio exhaustivo de la sociedad y la revolución filipinas.

A partir de este estudio, se puso en marcha la revolución democrática nacional con la nueva forma (con perspectiva socialista). Se emprendieron movimientos de rectificación para corregir errores y fortalecer el movimiento revolucionario. Los revolucionarios filipinos dan gran importancia a aprender de las revoluciones exitosas de Rusia, China, Vietnam y otros movimientos de liberación nacional.

Al hacer la revolución, el Partido utiliza la lucha armada y el frente único como armas. Ejerce una dirección absoluta sobre el Nuevo Ejército del Pueblo y dirige la guerra popular como forma principal de lucha. Construye el frente único tanto para la lucha armada como para las formas legales de lucha. Participa en todas las formas de lucha, pero la lucha armada es principal porque lleva a cabo la tarea central de la revolución, que es arrebatar las armas al enemigo, construir el poder democrático popular y destruir el poder político de las clases reaccionarias subordinadas a Estados Unidos y otras potencias imperialistas. En el campo, donde el enemigo es más débil, se lanza una guerra popular prolongada con la estrategia de cercar las ciudades desde el campo. La guerra popular avanza ampliamente mediante la lucha armada, la revolución agraria y la construcción de bases.

Existen dos tipos de movimientos de masas lanzados en zonas urbanas: Movimientos de masas básicos de trabajadores, pobres urbanos, jóvenes y estudiantes y Movimientos sectoriales de fuerza media.

A través del avance de los movimientos revolucionarios de masas en las zonas urbanas, las masas obreras, la pequeña burguesía urbana y otras fuerzas democráticas se despiertan, organizan y movilizan como parte del frente único nacional. Estas fuerzas participan en luchas antifascistas y antiimperialistas que apoyan las luchas antifeudales en el campo. Al movilizar estas fuerzas, especialmente la pequeña burguesía urbana, el enemigo queda aislado y debilitado. Reconociendo que las áreas urbanas son el bastión del poder político, económico y cultural del enemigo, el movimiento revolucionario en las ciudades es principalmente de carácter defensivo y legal. La táctica principal es «darle la vuelta a la tortilla al enemigo» utilizando leyes reaccionarias hipócritas y concesiones reformistas.

En las zonas urbanas se ponen en marcha diversas formas de lucha, entre ellas:

• Educación, movilización y organización de masas en línea con el programa democrático nacional. • Trabajar dentro de instituciones reaccionarias. • La lucha parlamentaria. • Defender y liberar a los presos políticos. • Entablar negociaciones de paz.

III) El deber internacionalista del NDFP y su principal contribución en la lucha antiimperialista internacional es llevar la revolución filipina a la victoria total. En este sentido, busca un apoyo específico e integral para seguir avanzando en la revolución democrática nacional. Por otro lado, apoyar las luchas de otros pueblos contra el imperialismo es también cumplir con nuestro deber internacionalista.

El NDFP considera muy importante desarrollar el frente único internacional antiimperialista y buscar aliados entre los países que se declaran antiimperialistas y plenamente independientes y socialistas (como la República Popular Democrática de Corea, Cuba, Vietnam y Venezuela) o que tienen programas y aspiraciones socialistas. El NDFP se complace en tener relaciones con países que se consideran independientes, antiimperialistas y dispuestos a apoyar la revolución filipina.

IV) En medio de la actual crisis del imperialismo y de las guerras de agresión imperialistas, creo que es imperativo que se construya un entendimiento común entre los revolucionarios y las fuerzas antiimperialistas de quiénes son nuestros enemigos y quiénes son nuestros amigos. Esto servirá de base para una acción unificada contra el imperialismo. La Conferencia Teórica sobre el Imperialismo y la Guerra, celebrada los pasados 14 y 15 de octubre de este año, fue auspiciada por el NDFP con este fin.